INTENDENTES BONAERENSES, PREOCUPADOS POR EL NUEVO SISTEMA
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Los efectos de la reforma política está haciéndoles perder el sueño a varios caciques de la provincia de Buenos Aires. En la línea de fuego aparece una parte de los viejos intendentes del PJ abroquelados a las intendencias de la primera sección, pero no son los únicos. Varios le reclaman a la conducción del PJ, y de paso a Néstor Kirchner, porque después de tanto pelear en la provincia –dicen– todo quedó peor que antes: no sólo quedaron atados a los derroteros de las primarias nacionales, sino que podrían llegar a enfrentarse con Francisco de Narváez.
Uno de los primeros que leyó el efecto de la reforma política en esos términos fue José Pampuro. “¿Semejante corrida para este resultado?”, dicen que dijo hace semanas el presidente provisional del Senado en una reunión de intendentes. “¿En qué nos beneficia esto si la gente además puede salir a votarnos en contra?”
La discusión por la reforma política en el conurbano bonaerense empezó antes que en la Nación. Después de las elecciones de junio del año pasado, un grupo de intendentes impulsó el debate por la reforma de la ley orgánica de municipalidades: impulsaban una cláusula para desdoblar las elecciones bonaerenses de las nacionales para despegarse del kirchnerismo. El pedido no prosperó en ese momento, pero volvió a abrirse en la Legislatura con el debate de la reforma política.
En diciembre del año pasado, la Cámara de Senadores de la provincia votó con la reforma el desdoblamiento de las elecciones, pero Diputados lo frenó. Uno de los principales impulsores era, sin embargo, el presidente del PJ, Alberto Balestrini. “El desdoblamiento se pedía en función de que los actores no actúen en conjunto en todo el país, porque eso va a terminar impactando en los distritos”, dijeron en su entorno.
Pero la propuesta no prosperó porque Kirchner no lo veía de la misma manera: “El compromiso de los intendentes no va a hacer el mismo, a nivel nacional, si ellos no se juegan la intendencia en el mismo momento”, dice en este caso Fernando “El Chino” Navarro, presidente del bloque del Frente para la Victoria de la Cámara de Diputados. “Uno puede remontarse al ’99, y ver cómo le jugaron al propio Eduardo Duhalde, y con los intendentes siempre es así, ellos van y vienen; en 2003 y 2005 lo criticaban a Kirchner por la política de derechos humanos y le decían ‘montonero’, y lo mismo le hacían a Duhalde; a partir de 2007 terminaron alineados al FpV por la derrota que ellos mismos sufrieron, aunque siempre siguieron puteando off the record; pero son movimientos catárticos, les digo yo, en los pasillos”.
Por los vaivenes de la ley, de todos modos, Balestrini continuó malherido. Pese a que en su entorno lo niegan, varios intendentes dicen que recién ahora se le está pasando el malhumor.
“Balestrini ya es así, va y vuelve, pero es el que mejor entendió todo esto”, indica uno de los territoriales emigrados al Senado de la Nación. “De alguna forma, él fue quien impulsó la idea del desdoblamiento con (Hugo) Curto, con (Juan José) Mussi, para defender los distritos; pero, bueno, terminaron alineados. Esto es un proceso, pero él es el presidente del partido, y es triste para él porque si perdemos la interna abierta puede ser el fin de su presidencia.”
El mayor problema, sin embargo, para el PJ bonaerense no está atrás sino adelante. ¿Qué pasa si, tal como lo sugirió él mismo en alguna ocasión, el ex dueño de Casa Tía se presenta a jugar las primarias dentro de un espacio compartido por el peronismo?
Al parecer eso es lo que puso en pie de guerra a algunos caciques de la primera sección, los distritos más pegados a la Capital. El voto suele ser ahí más parecido a la Ciudad de Buenos Aires: menos peronista, más conservador y progresista. En esa línea, varios dirigentes temen perderlo todo antes de llegar a las elecciones generales. Entre los más preocupados dicen que está Hugo Curto (Tres de Febrero), Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Raúl Othacehé (Merlo) y Luis Acuña (Hurlingham). En la zona sur, también Juan José Mussi. Desde la conducción del PJ, dicen que Mussi y Othacehé ya estarían dejando los barcos del FpV: uno se sumaría al PRO y el otro a Duhalde.
Para evitar más derrames, el entorno de Balestrini está buscando el modo de realinear a la tropa. Esto se gana con trabajo, dicen, pero además bajan otro mensaje. “Lo que los intendentes tienen que tener claro es que hay que ver alrededor: qué les pasó a todos esos que se pasaron al otro lado”. Uno de los ejemplos es Felipe Solá, aunque no es el único que mencionan. “De Narváez venía sosteniendo un pacto con él, y dos horas antes le pateó el tablero; sin ningún tipo de explicación, terminó dándoles bancas al chofer, a los amigos, a gente sin ningún tipo de construcción política. Lo que nosotros decimos es: ‘Ojo, no es un dirigente político, no tiene códigos’.”
Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-141195-2010-03-01.html
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