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El ministro de Agricultura aseguró que en el Gobierno no se está pensando “en la estatización del comercio de granos”, aunque abogó por la constitución de “un verdadero capitalismo nacional, para no tener que estar dependiendo de grandes empresas multinacionales”. Julián Domínguez se refirió al tema al participar de un evento en la Bolsa de Comercio de Rosario. “Nuestros productores, nuestros acopiadores, nuestras cooperativas tienen que intentar participar más activamente en la renta que genera el comercio de granos”, dijo Domínguez.

El ministro consideró que “es legítimo que Argentina tenga la aspiración de que los (empresarios) nacionales puedan participar más activamente en el comercio de granos”. “Los argentinos, legítimamente, y ustedes que han producido esta verdadera revolución de la cual disfruta todo el país, tienen que tomar conciencia de que el comercio exterior de granos no solamente tiene que estar en manos de quienes no son nacionales”, puntualizó el funcionario.

Pero aclaró que eso no significa que se esté pensando en la estatización del comercio de granos; “eso que quede bien en claro, quiero despejar todos los fantasmas”. Y enseguida remarcó que, “por el contrario, en línea con el pensamiento de la Presidenta de la Nación, sueño con un verdadero capitalismo nacional, como lo estamos haciendo en muchas áreas de la producción y el comercio”.

Domínguez participó en el acto que acompañó el primer remate de soja de la última campaña en la Bolsa de Comercio de Rosario. El presidente de la entidad, Cristian Amuchástegui, reconoció en su discurso –previo al de Domínguez– la importancia del combate a la evasión fiscal, “ya que esto merece el respaldo de todos”. Sin embargo, señaló respecto de los operativos y denuncias contra las mayores empresas multinacionales que operan en el país que, “en ocasiones, se hace un innecesario despliegue mediático sobre acciones preventivas o sobre medidas adoptadas por el organismo de fiscalización”, en referencia a la AFIP.

La Bolsa de Comercio rosarina reúne las funciones de recinto bursátil y de operaciones agropecuarias, con lo cual integra lo que en otras partes constituye una Bolsa de Cereales independiente. Rosario es, además, la principal boca de salida para los granos de toda la pampa húmeda y el puerto en cuya zona de influencia operan todas las grandes cerealeras con instalaciones propias sobre la costa. De allí que la representación de Amuchástegui abarca, a la vez, a intereses ligados a las grandes cerealeras y a los productores medianos que venden su producción en la Bolsa.

Amuchástegui hizo además dos referencias a la acción del Estado en el sector. Por un lado, reclamó “que se mantengan abiertos los registros de exportación a lo largo del año, sin perder de vista la posibilidad de cerrarlos cuando fuere necesario para asegurar el abastecimiento interno”. En este sentido, hizo una concesión que la Mesa de Enlace difícilmente se habría permitido, como así tampoco el bloque más cerrado ideológicamente del núcleo de grandes exportadores y operadores comerciales del sector. Además, propuso que “el Estado pueda compensar los efectos del posible incremento del precio del pan y otros alimentos en los segmentos de población de menores recursos, a través de un programa de subsidios focalizados dirigidos a los sectores más vulnerables”.

Domínguez prefirió, en cambio, responder a otros dos planteos del titular de la Bolsa rosarina. Respecto de una nueva ley de semillas, el ministro hizo una referencia ante el periodismo antes de abandonar el lugar del evento, reclamando a su vez que “el Parlamento tome como propio este debate, que hay que darlo y liberar los instrumentos que permitan alcanzar el nivel de productividad deseado”. En cuanto a la ley de garantías (denominadas warrants), Domínguez señaló que “hay que poner todos los instrumentos a disposición de la producción y de los productores; nuestro compromiso es que la ley se trate prontamente”, subrayó.