Página#12 Libre

Mientras legisladores, diversas entidades y los gremios denuncian que cada vez más chicos en situación de vulnerabilidad social se quedan sin atención por falta de presupuesto, en el propio Consejo de los Derechos de los Niños suman documentos sobre los extraños gastos rendidos por la presidenta, Beatriz Orlowski, en un viaje efectuado en octubre pasado.

Se trata de un encuentro de la Child Helpline International (CHI), una red mundial de líneas de asistencia a los chicos. El Consejo porteño tiene la 102, a la que pueden llamar los niños en situaciones de emergencia. Una de las denuncias de los trabajadores tiene justamente que ver con las fallas de esa línea y el escaso presupuesto para solucionarlas.

A fin de compartir experiencias sobre ese tipo de líneas de ayuda, la CHI invitó a Orlowski a un encuentro en Madrid, con pasajes y hospedaje pagos (“full sponsorship” dice la carta firmada por Helen Mason, cuya copia tiene este diario). Por nota del 5 de octubre de 2010, Orlowski pidió viáticos para otros gastos y reclamó 528 euros por “diferencia en concepto de pasajes aéreos” que no especificó. También explicó que el viaje se extendería del 23 al 27 de octubre.

En su estadía en el encuentro, Orlowski no presentó ponencia alguna ni realizó informes ante su equipo al regreso. Lo que sí presentó fue un pedido de que se le reintegrara el pasaje de regreso (9800 pesos), porque –argumentó– debió volver de urgencia. Lo curioso es que el vuelo en el que volvió partió el mismo 27 de octubre en el que ella había anunciado que volvería.

También pidió reintegro del gasto que le significó ir y volver a Ezeiza. Para regresar, pasó 130 pesos de taxi. Para ir, fueron 273 pesos. La explicación: al aeropuerto fue con su propio auto, lo dejó estacionado y alguien de su entorno lo retiró tres días más tarde. El ticket que pasó es la factura de los tres días de estacionamiento.

Los trabajadores del Consejo hacen cálculos: esos llamativos gastos de Orlowski equivalen a 20 asignaciones que el organismo paga a chicos en extrema vulnerabilidad de derechos. Y que cada vez se reduce más por falta de presupuesto.