HOY COMIENZA EN SALTA EL PROCESO POR LA DESAPARICION DEL EX GOBERNADOR EN 1976

Pocos días antes del golpe de Estado, Miguel Ragone fue secuestrado en un operativo de militares y policías. Su cuerpo nunca apareció y tampoco está claro quiénes integraron la patota de represores. Entre los acusados están Menéndez, Mulhall, Gentil y Guill.

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Del juicio se espera mucho, entre otras cosas la posibilidad de encontrar nuevos testigos para identificar a todos los integrantes de la patota que lo secuestró. Además, documentos sobre la presencia de hombres de Inteligencia del Ejército. Y datos para saber qué es lo que finalmente sucedió con su cuerpo. Con esa expectativa comienza hoy en Salta el juicio oral de un tramo de la causa de Miguel Ragone, secuestrado en un operativo de militares y policías el 11 de marzo de 1976, pocos días antes del golpe de Estado y a tres años de las elecciones que lo habían convertido en gobernador en una alianza del PJ de la que participaron Montoneros y el PRT. Ragone era el médico de pueblo al que hoy se recuerda, entre otras cosas, porque pintó de rosa los patrulleros en medio de una reforma que descabezó a la Policía. Durante las audiencias pasarán en total 95 testigos, y hoy al mediodía Hijos Salta convoca a una movilización.

“Que el jefe de policía había mandado pintar los patrulleros celestes y rosas no es ninguna mentira”, dice Armando Jaime, antiguo compañero de Ragone, militante, parte de la corriente del PJ desde la que ese médico –ex funcionario del Ministerio de Salud de Juan Perón– ganó las elecciones de mayo de 1973 con una adhesión que superó el 57 por ciento de los votos. Jaime integraba el Frente Revolucionario Peronista, donde se hicieron lugar las organizaciones armadas: “Ragone es un emergente de la lucha interna del PJ”, dice ahora. “Aparece para oponerse a la vieja dirigencia justicialista y en contra de las corrientes dominantes de la sociedad salteña, de las viejas tradiciones. Su gobierno fue el gobierno de las más diversas fuerzas populares y eso despertó odios y una venganza increíble. Pero yo creo que no fue tanto por las reformas profundas, sino simplemente por la presencia muy popular del pueblo en la Casa de Gobierno.”

Jaime será uno de los ’95 testigos de este juicio histórico, entre los que habrá ex funcionarios, militantes, víctimas de la dictadura convocados como testigos para señalar a los acusados. También declararán los familiares y el grupo de testigos del operativo.

A Ragone lo secuestraron el 11 de marzo de 1976 a la salida de su casa, en el pasaje Puló de la ciudad de Salta, camino a su consultorio. Su auto apareció en la localidad de Cerrillos, a unos 15 kilómetros de la capital, y hoy se sabe que en su secuestro intervinieron tres coches robados y trasladados desde la ciudad de Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero, un elemento que habla de la intervención de las fuerzas militantes del Operativo Independencia. Para entonces, la provincia ya estaba intervenida, él había vuelto a sus tareas habituales, aunque se preparaba como candidato para una interna. Su cuerpo aún hoy permanece desaparecido.

Con su caso, la Justicia avanzará en otros dos casos relacionados: el asesinato del almacenero Santiago Arredes y las lesiones que sufrió Margarita Martínez de Leal, empleada de un comercio de la zona, ambos baleados porque vieron el secuestro.

Entre los acusados están los autores mediatos y los autores directos, al menos a quienes se logró identificar. Entre ellos, Luciano Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo del Ejército en el momento del secuestro; Carlos Mulhall, jefe de la guarnición militar local; Miguel Gentil, que era el jefe de la Policía salteña, y Joaquín Guill, uno de los hombres simbólicos de la represión en Salta, jefe de Seguridad de la policía y responsable de los operativos clandestinos. Además, serán juzgados como integrantes de la patota o de puestos de decisión intermedios tres ex policías: Andrés del Valle Soraire, Pedro Javier Herrera y Raúl Nelson Herrera. También Jorge Héctor Zanetto, ex dirigente sindical, a quien se nombra como vocero de la Triple A y quien, una semana antes del crimen, amenazó a Ragone, luego de exigirle que se bajara de las elecciones internas.

Pese a todo, entre ellos no están todos los que deberían. “Está claro quiénes fueron los autores mediatos y quiénes pudieron formar parte de las segundas líneas, pero no están claros los nombres de los miembros de la patota”, dice fiscal Horacio Juan Azzolin, a cargo del juicio oral. Otra de las dudas es el destino de Ragone: “Desaparece”, dice el fiscal. “No se sabe si estuvo en un centro clandestino, aunque la mayoría sostiene que se muere en el momento o lo matan; la hipótesis es que no lo querían para interrogarlo, sino para matarlo. Entre esas hipótesis lo que se dice es que a Ragone lo matan para infundir terror, y preparar el golpe”. Uno de los que sostienen esa hipótesis es David Leiva, querellante por Memoria, Verdad y Justicia de Orán. “El secuestro está vinculado a generar inseguridad, y no como sostienen otros que se trató de una venganza o un crimen de odio”, dice a Página/12.

Hijos reclama cárcel común para los represores, entre ellos Guill, condenado por la masacre de Palomitas, pero con prisión domiciliaria. Elia Fernández es de Hijos, sobrina nieta de Ragone, su madre integró el PRT y fue asesinada en Palomitas. “Guill fue condenado, pero en aquel caso no hubo juicio oral y para mí significa mucho, no sólo porque era mi tío abuelo. Son los mismos imputados en la causa de mi vieja, y no tuve la oportunidad de un juicio oral... Ahora los voy a tener presentes en el sala.”

Las audiencias se harán semana de por medio. Estarán a cargo del Tribunal Oral Federal en lo Criminal de Salta, presidido por Marta Liliana Snopek.


Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-165605-2011-04-05.html

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