MILITANTES DEL PARTIDO DE SABBATELLA DENUNCIAN AGRESIONES EN MERLO

Dos heridos, uno de ellos hospitalizado, fue el saldo del ataque de una patota en Merlo cuando los militantes del Encuentro por la Democracia repartían volantes en ese distrito. Sabbatella responsabilizó por el hecho al jefe comunal, Raúl Othacehé.

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“¡Zurdos de mierda, vuélvanse a Morón!”, fue el grito con el que una patota inició la agresión contra un grupo de militantes del partido Encuentro por la Democracia y la Equidad, encabezado por el diputado Martín Sabbatella, que el viernes pasado repartía volantes en el partido de Merlo. Los insultos pasaron a los golpes y el saldo fue de dos heridos, uno de los cuales debió ser hospitalizado a causa de un traumatismo de cráneo con pérdida de conciencia.

Sabbatella responsabilizó por el hecho al jefe comunal de esa localidad, Raúl Othacehé, uno de los históricos barones del conurbano con cantidad de denuncias en su haber por utilizar este tipo de metodología. “Es el responsable político de la violencia en Merlo y es su responsabilidad desactivar a las patotas que atemorizan a la población y a los militantes políticos y sociales”, señaló en un acto de desagravio realizado al día siguiente en el mismo lugar. La denuncia fue radicada en la Fiscalía Nº 3 de Morón, que deberá investigar quiénes fueron los autores de la agresión, en medio de un clima que recalienta la incipiente campaña en el conurbano bonaerense.

A las 6 de la tarde del último viernes, Claudio Ricartes y Alejandro Mileti estaban repartiendo volantes en la esquina de Rivadavia y Noguera, en pleno centro comercial de San Antonio de Padua. Los acompañaba una decena de militantes sabbatellistas, entre los que se encontraba la concejala de esa comuna, Patricia Alvez. Según la denuncia, desde dos autos –un Volkswagen Gol negro sin patente y un Peugeot 306, dominio ACN 349– bajaron cuatro hombres que, tras insultarlos, les exigieron que se fueran del lugar. Un motociclista les tomó fotos minutos antes del episodio, relató a Página/12 uno de los agredidos, que acusó al municipio de haber montado un “sistema de inteligencia” para ahuyentar a posibles opositores. “¡Zurdos de mierda, vuélvanse a Morón, no militen más acá!”, fue la advertencia poco antes de pasar a la acción. Ricartes fue el primer agredido, pero Mileti se llevó la peor parte: traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento y un ojo en compota. Transeúntes y comerciantes del lugar impidieron que la paliza continuara, recordó Alvez. A su vez señaló que este tipo de episodios se repite “con frecuencia” en el partido que desde hace casi veinte años comanda Othacehé, que en octubre competirá por su sexta re-reelección.

“Las patotas vinculadas con el poder político local se mueven con absoluta impunidad en los barrios y en las calles de Merlo, amenazando y golpeando a cualquiera que pretenda participar o hacer alguna crítica al gobierno de Othacehé”, denunció Sabbatella. Las agresiones a quienes expresen un signo contrario al oficialismo local se traducen en pintadas en los domicilios, amenazas, intimidaciones y volantes agraviantes, indicó el sabbatellismo, que intenta hacer pie en esa localidad siempre con los mismos resultados. “En la vía pública siempre hay agresiones. No hay libertad de expresión”, aseguró Mileti a Página/12, luego de haber estado internado 24 horas en observación. En este caso, la denuncia apuntó a que los integrantes del grupo atacante estarían relacionados con la barra brava de los clubes Ferrocarril Midland o Deportivo Merlo, afines al histórico intendente del PJ. Cuando efectivos de la comisaría de Padua arribaron al lugar, según los testigos declinaron aceptar la denuncia. “Si la tomamos, nos echan de la comisaría. ¿Por qué insisten en hacer cosas acá?”, les dijeron. La investigación está a cargo ahora de la UFI Nº 3 de Morón y fue acompañada con “pruebas fotográficas y testimonios de la identidad de los agresores”.

“Esto fue una muestra de esa impunidad antidemocrática propia de un feudo, donde no se puede participar ni opinar democráticamente”, opinó Sabbatella el sábado, acompañado por los congresales de su partido. “Hace mucho años que sucede lo mismo y es hora de ponerle fin”, consideró el diputado. Cultor del perfil bajo, el Vasco Othacehé quedó siempre en el centro de la escena en cuanta denuncia por violencia política se sucedió en el municipio que maneja con mano de hierro desde hace casi dos décadas. A lo largo de su mandato fue señalado como responsable del hostigamiento a opositores políticos y sociales, como el cura Luis Guzmán Rodríguez, quien denunció corrupción en el sistema sanitario comunal, y del también sacerdote Raúl Vila, que intentó enfrentarlo electoralmente en 2007.

Informe: Gabriel Morini.


Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-164616-2011-03-21.html

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