LA JUEZA ARROYO SALGADO ORDENO UN ANALISIS DE PRUEBAS DE LOS HERMANOS NOBLE HERRERA

La medida busca establecer si la saliva y otras muestras son realmente de Felipe y Marcela. La jueza intenta comprobar si hubo maniobras dilatorias, si las muestras fueron maltratadas o si simplemente fueron cambiadas.

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La jueza federal Sandra Arroyo Salgado resolvió ayer que el Banco Nacional de Datos Genéticos establezca si tres elementos que hay en la causa pueden servir para determinar el ADN de Felipe y Marcela Noble Herrera. Uno, la sangre y saliva que aceptaron entregar en diciembre pasado, pero únicamente para comparar con dos familias. Dos, las prendas y cepillos de dientes que se incautaron, también en diciembre pasado, en dos allanamientos en los domicilios de los Noble Herrera. Tres, las prendas –en especial la ropa íntima inferior de Marcela– obtenidas en el allanamiento más reciente, el 28 de mayo de 2010, que fuera ordenado por la propia jueza.

En su escrito de 89 páginas, Arroyo Salgado reitera no sólo que Marcela y Felipe se negaron a cooperar para que se conozca su verdadera identidad, sino que hubo una increíble cantidad de maniobras que ponen en duda la idoneidad de esos elementos para establecer el ADN. A priori, no se sabe ni de quién es la sangre y la saliva extraídas, si las muestras fueron bien conservadas, si la ropa incautada fue previamente contaminada o corresponde a otras personas, si los cepillos de dientes son también ajenos y así sucesivamente. Arroyo Salgado prohibió, al menos por ahora, que en caso de conseguirse un ADN de Marcela o Felipe se lo compare con las familias que buscan nietos y cuyas muestras están en el Banco. Eso será una etapa posterior. En la misma resolución, la jueza enumera las irregularidades de la actuación policial, pero no ordena todavía una investigación penal. Por ahora, le pide a Asuntos Internos de la Policía Federal una copia del informe preliminar que se inició –según consigna la jueza– a partir de la publicación de una nota en Página/12.

El texto de la magistrada es muy detallado y señala las enormes dudas que existen alrededor de las pruebas recogidas en el último año, tanto por el anterior juez, Conrado Bergessio, como por ella misma.

Felipe y Marcela aceptaron sacarse sangre, pero sólo para que se compare con las dos familias querellantes, García-Gualdero y Miranda-Lanuscou. Todo indica que los Noble Herrera ya saben que no hay compatibilidad con el ADN de esas familias, al punto que está claro, al menos en el caso de Marcela, que ni siquiera se trata del mismo grupo sanguíneo. Lo que no aceptan Felipe, Marcela y su madre adoptiva, la dueña de Clarín, es que la comparación se haga con todas las demás familias que buscan nietos.

Como en diciembre hubo dificultades en la extracción de sangre a Marcela, ésta aceptó entregar tres muestras de saliva. Todos los procedimientos se hicieron en el Cuerpo Médico Forense (CMF). Arroyo Salgado ordena que se analice esa sangre y esa saliva para saber si de allí pueden surgir perfiles genéticos. Es que todo estuvo mal preservado, se rompió la cadena de custodia, algunos de los sobres estuvieron en la caja fuerte del juzgado de Bergessio y ni siquiera hay actas serias del traslado desde el CMF hasta los tribunales de San Isidro. Si de la sangre y la saliva surge un perfil genético no se podrá comparar con nada, ni siquiera con la ropa incautada en los allanamientos. Ese será un paso posterior que resolverá la jueza en su momento. El 30 de diciembre de 2009, por orden de Bergessio, se allanaron dos domicilios de los Noble Herrera. El procedimiento tuvo gravísimas fallas, al punto que los oficiales de la Justicia y la policía tardaron una hora en ingresar, tiempo suficiente para que se preparara ropa y cepillos de dientes que no fueran de Felipe y Marcela. Hasta hoy no está claro a quién pertenecen los efectos incautados y las maniobras resultaron tan obvias que Marcela, por ejemplo, no llevaba ropa interior. La orden de Arroyo Salgado es que se trate de determinar perfiles genéticos de los efectos obtenidos en aquel allanamiento.

El 28 de junio de 2010 se hizo un nuevo procedimiento, esta vez a instancias de la actual jueza. El que no llevaba ropa interior ese día era Felipe. En la bombacha de Marcela había perfil genético femenino y también masculino, algo asombroso en una prenda de ropa interior de mujer. La orden de la jueza es que si surgen elementos de ADN en los elementos del allanamiento de diciembre, se comparen con el perfil femenino que aparece en esa bombacha. En suma, la magistrada prepara la cancha. Por ahora, sólo quiere saber si en esos elementos hay posibilidades de establecer el ADN de Marcela y Felipe. Si la conclusión es positiva, seguramente avanzará –tras una nueva resolución– en comparar esos perfiles con los de las familias que buscan a sus nietos. Si la conclusión es negativa, quedará claro que no se pudo establecer el ADN por las maniobras de los Noble Herrera. En ese caso, la lógica indica que ordenará una extracción compulsiva de sangre o pelo.

En forma paralela, Arroyo Salgado enumera las gravísimas irregularidades en los procedimientos policiales. Habla, en concreto, de “rotundo fracaso” de lo hecho por los uniformados y sugiere que su actuación fue funcional a los deseos de los Noble Herrera para impedir que se conozca su identidad. También en este terreno la jueza prepara la cancha para una denuncia penal.


Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-154049-2010-09-30.html

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