EL CABILDO ABIERTO DEL ARTE CONGREGO LAS INQUIETUDES DEL BICENTENARIO
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El sábado concluyeron las jornadas del Cabildo Abierto del Arte, convocadas para la semana del Bicentenario por el Museo Castagnino + Macro como primera fase de la Sexta Semana del Arte. Las jornadas de mesas y debates en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia marcaron el fin de un largo silencio. "Desde aquel debate por provincias que organizó el Centro Cultural Ricardo Rojas que no se debatía en el arte nacional", rememoró la actual directora del Museo Castagnino+Macro, Marcela Römer (quien participó en aquellas jornadas del Rojas como uno de los voceros de Rosario).
Esta vez el lugar de encuentro fue Rosario, donde el Cabildo Abierto del Arte funcionó como espacio de encuentro de representantes del campo artístico nacional, quienes compartieron sus experiencias, expresaron reclamos (tanto desde las mesas como desde el público) y buscaron sumar recursos en todos los niveles organizativos. Asistieron directores de museos, coordinadores de espacios y proyectos independientes, docentes de la Universidad y artistas. Vinieron de Buenos Aires, Bahía Blanca, Santa Fe, San Juan, Córdoba, Mendoza y Salta. Cada participante inscripto recibió un programa diseñado evocando los cuadernos escolares y la iconografía patriótica del Billiken, con una galería de "mujeres patrias" y la figurita de Castelli. Todo, muy en sintonía con propuestas de arte contemporáneo "del Bicentenario" que pueden verse este mes en la ciudad (tales como La junta de mayo en la Biblioteca Argentina, donde Marita Guimpel se apropia en su obra de las mismas fuentes y de ahí la sensación de dèja vu ¡doble! al ver el programa).
El panel inicial del jueves por la mañana sirvió para que los directores de distintos museos del país convinieran en la necesidad de cooperar, "no sólo en la gestión sino en lo económico", evocó esta última en diálogo con Rosario/12. "Se habló de que una muestra que le interese a varias instituciones puede estar producida en forma interinstitucional y luego ser itinerante. O bien, una muestra producida íntegramente en Buenos Aires puede hacerse itinerante con más facilidad y menos gasto si varias instituciones interesadas en albergarla comparten el seguro y el transporte". La charla, que se prolongó durante el almuerzo, apuntó a la formación de una red entre museos.
Los diversos estamentos del campo del arte se hallaron bien representados, según Römer, quien destacó el panel de espacios independientes y elogió la calidad de los oradores del panel del viernes sobre lo público y lo privado, en particular Américo Castilla (Fundación TyPA) y Chiqui González (Ministra de Innovación y Cultura de Santa Fe). Del contrapunto entre dos directores de programas a nivel nacional: Florencia Battiti (Argentina Pinta Bien) y Andrés Duprat (Interfaces), Römer señaló cómo, mientras Battiti confía en curadores porteños para programas en provincias, Duprat los convoca del campo local y logra resultados "más interesantes" con menor presupuesto.
La discusión sobre la formación artística fue particularmente productiva. "Una de las cosas que más salió como síntoma fue la poca relación entre la educación artística universitaria y el arte contemporáneo", subrayó la directora del Castagnino + Macro en relación con la mesa redonda donde hablaron Daniel Randisi (Universidad Nacional de Rosario), Esteban Alvarez (El Basilisco), José Luis Volpogni (UNL), Marcos Figueroa (Universidad Nacional de Tucumán), Mauro Machado (El Levante) y Daniel Andrino: "Los alumnos no vienen a los debates, a diferencia de lo que sucedía en los años 90". Relató que, sin embargo, un aporte positivo surgido de este panel fue que se pudiera pensar como educación artística no sólo a la enseñanza especializada media, superior y universitaria sino también a las residencias de artistas y a experiencias como la beca Kuitca. Fue vital la presencia de Matías Duville, un artista joven cuya disertación no estaba programada y que comentó sus propias experiencias, desatando controversia entre los docentes al declarar que él en la escuela de arte no había aprendido nada.
La conferencia de Laura Malosetti Costa fue "brillante", en palabras de Römer: "Malosetti Costa habló sobre una investigación que está llevando adelante sobre un pintor chileno, el mulato Gil, y la simbología de insignia patria que tienen sus pinturas. Después a esto lo conectó con el arte contemporáneo y las muestras en Buenos Aires para el Bicentenario. Afirmó que no hay debates historiográficos sobre el Bicentenario en 2010. En el Centenario hubo monumentalidad, comisiones del Estado a artistas; se pintaba mucho. Comentó el evento de la avenida 9 de Julio, muy bien organizado y con protagonismo del pueblo, pero dijo que no se había convocado mucho a historiadores. Revalorizó desde la historia el sentido de los símbolos nacionales, como la escarapela, y su importancia en 1810 y 1910. Elogió la muestra Entre centenarios, del Castagnino, y dijo ver una necesidad de volver sobre los pasos de la historia para revalorizar y hacer memoria. Esta necesidad fue uno de los reclamos del Cabildo Abierto", destacó Römer, llevando la conversación a un punto álgido. "El ambiente del arte está pidiendo que salga de los depósitos la obra histórica. Todos quieren ver más de la colección histórica. Es una colección de 4000 obras y lleva muchos meses limpiar y restaurar cada pieza". ¿Piensa iniciar el Museo un programa al respecto? "Se está haciendo de a poco", admitió Römer. (Quienes quieran leer las conclusiones del Cabildo Abierto del Arte pueden consultar el sitio www.semanadelarte.org.ar).
Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/12-23810-2010-06-01.html
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