Página#12 Libre

El periodista Juan Francisco Rodríguez Ríos, de 49 años, que trabajaba como corresponsal del diario "El Sol de Acapulco" y era dirigente local del Sindicato Nacional de Redactores de Prensa, se encontraba anoche junto con su esposa, María Elvira Hernández Galeana, de 36, en un cibercafé de su propiedad en Coyuca de Benítez, cuando dos personas armadas ingresaron al local y dispararon contra el matrimonio.

Producto del ataque, del que las autoridades del estado de Guerrero desconocen las causas, ambos fallecieron. Rodríguez Ríos recibió cuatro impactos de bala en el tórax, mientras que su mujer fue herida en la cabeza. En el lugar se encontraba también el hijo de la pareja, de 18 años, que resultó ileso.

La versión oficial que trascendió desde la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, del que depende el municipio de Coyuca Benítez, el matrimonio fue baleado por "dos individuos desconocidos que portaban armas de fuego cortas" que después de matarlos "se dieron a la fuga con rumbo desconocido, ignorándose el móvil del homicidio", agregó.

Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México condenó el asesinato y señaló a través de un comunicado que ante este tipo de acto "reprueba" que en México "el ejercicio periodístico deba desarrollarse bajo la amenaza de violencia y de las balas".

Según ese organismo, suman 61 los homicidios contra periodistas desde 2000 a la fecha "relacionados con el ejercicio de su profesión" y precisa que cuatro ocurrieron en 2000, cuatro en 2001, tres en 2002 y uno en 2003, cinco en 2004, cuatro en 2005, 10 en 2006, cuatro en 2007, 10 en 2008, 12 durante el año pasado y cuatro en lo que va de 2010. En tanto, desde 2007 se produjeron, además, 11 ataques contra instalaciones de medios de comunicación.

El hecho ocurre un día después del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, el candidato por el Partido Revolucionario Institucional, favorito a ganar las elecciones de gobernador en el estado de Tamaulipas, emboscado en una ruta por la que transitaba junto con su comitiva, algunos de cuyos miembros también murieron, entre ellos un diputado local y tres escoltas. En tanto, el secretario particular del candidato, su cuñado y dos escoltas resultaron heridos.

Los restos de las víctimas de la emboscada fueron despedidos por la plana mayor del PRI y miles de priístas, que asistieron a una ceremonia realizada hoy en el norte de México.