CINCO ECONOMISTAS EXPLICAN A JOE
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Mario Rapoport *
“Beneficio personal y delitos económicos”
“La principal herencia de Martínez de Hoz fue un modelo económico que intentó suprimir el aparato productivo existente en la Argentina e instalar sobre él un modelo de tipo financiero-agroexportador. Este proceso terminó perjudicando al país en general y a los sectores trabajadores en particular. Cabe destacar que los delitos de Martínez de Hoz no se reducen solamente al secuestro de este empresario sino también a la nacionalización dolosa de la Italo –que estaba casi en la quiebra– y la supresión del impuesto a la renta familiar. Es decir que en su paso por el Ministerio de Economía se combinan medidas relacionadas con el beneficio personal y con otros delitos económicos más generales, como la clase de endeudamiento externo que determinó y probó el juez Jorge Ballesteros. Martínez de Hoz le robó al país y a su gente. Son varios los delitos”.
* Economista e historiador.
Ricardo Aronskind *
“Exitoso en subdesarrollar al país”
“Si bien el Proceso fracasó políticamente, tuvo éxito desde el punto de vista de ciertas transformaciones estructurales en la economía argentina. La reorganización económica impuesta por la dictadura tiñó las siguientes décadas en democracia. En ese sentido, Martínez de Hoz fue exitoso en subdesarrollar al país, mientras que la democracia se mostró relativamente impotente para ir removiendo ese legado marcado por la dependencia. El dato central fue que la responsabilidad por el Proceso se centró en los militares –siendo que fue una dictadura cívico-militar– con una presencia muy significativa de las corporaciones empresarias. Por eso me parece positivo que la sociedad –aunque sea tarde, o de una forma muy personalizada– observe los elementos económicos que formaron parte del proceso militar. Es un aprendizaje ciudadano que hasta ahora no se había hecho. La impunidad conseguida por Martínez de Hoz y por quienes lo apoyaron tuvo un lugar relevante en el endeudamiento externo y la presencia del Fondo Monetario Internacional, que incluso obligó a que se disolviera la Comisión Investigadora de la Deuda Externa. En ese sentido, uno de los legados centrales de Martínez de Hoz resultó ser una deuda que aun hoy nos sigue afectando y condicionando, junto con toda la estructura del sistema financiero argentino que no le sirve al desarrollo nacional. Sería bueno seguir avanzando en la remoción de todo ese legado institucional y cultural que dejó la pata económico-financiera del Proceso”.
* Economista UNGS-UBA.
Guillermo Wierzba *
“Un intelectual orgánico”
“Me parece muy relevante que se esté buscando someter a juicio a los civiles que participaron del proyecto militar como intelectuales orgánicos. Ellos ejecutaron las cuestiones centrales de una política aplicada en el marco del terrorismo de Estado, causa necesaria para implantar el modelo financiero en nuestro país. De todos los cuadros del poder concentrado en la Argentina, Martínez de Hoz fue más emblemático, el más encumbrado civil en participar de aquel proyecto. Incluso había dirigido el Consejo Empresario Argentino que conspiró para realizar el golpe. Lo que debemos recordar es que los militares y las Fuerzas Armadas fueron el brazo de ejecución de un poder que se aplicó sobre toda la sociedad: una brutal política de disminución salarial y un plan de revancha contra los trabajadores, que implicó no sólo la violación de los derechos humanos, sino además un retroceso muy fuerte en términos de derechos sociales conquistados. Después aparecen otros elementos, como la liberalización financiera, la apertura comercial y la sobrevaloración cambiaria, que conformaron un paquete de políticas que desarticularon el aparato productivo instalado durante el proceso de sustitución de importaciones, proceso que culminaría en la década del ’90 y que hubiese sido imposible de desplegar de no ser por el terrorismo de Estado. Por último, la liberalización financiera impulsada por Martínez de Hoz fue un instrumento clave en el fenomenal aumento de la actual deuda externa, que tuvo su origen en la dictadura”.
* Economista, director de Cefid-Ar.
Jorge Gaggero *
“El programa del establishment”
“Para ser justos, hay que recordar que hubo un primer intento de imponer un modelo con lineamientos muy semejantes a los de la dictadura en la fase final del gobierno de Isabel Perón, con el llamado Rodrigazo. Esto fracasa de alguna manera por razones políticas –principalmente por la oposición de la CGT, que reclamaba un regreso al modelo de Perón–, pero es un programa que anticipaba claramente lo que luego ocurriría. La paradoja es que durante los breves meses que duró el experimento de Celestino Rodrigo, Martínez de Hoz definía en paralelo su plan, que los militares aceptaron sin chistar. En este último período del gobierno de Isabel fui testigo de la derrota del Rodrigazo luego de un intento de los mismos sectores económicos –operadores del sector financiero, principalmente– de derivarle el plan a la CGT. Ellos organizaron un encuentro en la sala de reuniones de la central obrera, a la que yo asistí, donde expusieron los lineamientos del programa en términos de ‘tómenlo, es la única alternativa’. Un plan que fue, punto por punto, el mismo de Martínez de Hoz. En ese momento no tuvo consecuencia alguna, pero tuvo éxito en ir generando unas condiciones político-sociales de confrontación que allanaron el campo para el más fácil triunfo de las fuerzas golpistas. La contracara de esto es que a partir del golpe militar, en marzo del ’76, se crean las condiciones de posibilidad para imponer ese programa económico. Por eso y para evitar obviedades, me parece importante resaltar que fue un proceso complejo y que el programa del establishment ya se había intentado imponer bajo un gobierno popular”.
* Economista.
Andrés Asiain *
“Indispensable para la Junta Militar”
“El modelo económico instalado por Martínez de Hoz fue una parte indispensable del proyecto de la Junta Militar en sus objetivos políticos de terminar con la participación de los sectores populares en la política del país. Su modelo de acumulación de capital disminuyó el peso de la industria, y con ello redujo el poder sindical y el de los trabajadores, que había sido uno de los componentes estructurales que habían llevado a los trabajadores al centro de la toma de decisiones políticas en la Argentina. El plan también estableció un sistema financiero abierto a los mercados mundiales que generó una pérdida en la toma de decisiones por parte del gobierno y una transferencia de ese poder hacia los principales actores financieros con lazos con el establishment local. Estos dos conjuntos conforman el proyecto económico de Martínez de Hoz. Me parece de suma importancia que ahora se esté juzgando a la pata económica de aquel proceso, ya que pone en claro que la dictadura no fue apenas una locura, sino que los militares fueron la mano de obra para la instalación de un proyecto de país. En este contexto, Martínez de Hoz, por sus vínculos internacionales –con el grupo Rockefeller– y locales –empresariales, agrarios– representa el arquetipo ideal de esta confluencia de intereses”.
* Profesor e investigador de la FCE-UBA y Conicet.
Producción: Federico Poore.
Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-144925-2010-04-30.html
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