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El gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que en 2006 premió al Servicio de Inmunocomprometidos del Ramos Mejía por la calidad de su atención, está a punto de hacer naufragar sus prestaciones al negarse a nombrar profesionales.

“Utilizamos un programa para monitorear la calidad, que consiste en la medición de una serie de parámetros y el diseño de estrategias para mejorar. Se elige como base un ejemplo: nosotros tomamos el Departamento de Salud Pública de la ciudad de Nueva York. Sobre esa referencia se hacen las mediciones periódicas –explica Marcelo Losso, jefe de ese servicio–. Nuestros indicadores son muy parecidos a los de los mejores sitios de atención del Hemisferio Norte.” La atención se efectúa en horario ampliado: el testeo de VIH se ofrece de 8 a 20, de lunes a viernes; los consultorios externos están abiertos de 8.30 a 17 y, tres días por semana, hasta las 20. Por su programa de calidad de atención, el servicio fue premiado oficialmente por el Ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma en 2006. “Pero todo esto se hace imposible de sostener bajo la situación actual de designaciones de personal”, advierte Losso. La situación se agravó, hasta llegar a ser crítica, a raíz de recientes traslados de profesionales, que no fueron reemplazados. Un grupo de pacientes que se atiende en el servicio llegó a denunciar estos hechos ante la Defensoría del Pueblo de la ciudad.


Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/129244-41578-2009-08-02.html

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