Página#12 Libre

–¿A qué se debe la fuga de divisas?

–Hay varias razones. Una importante es que muchos están esperando la definición de la crisis internacional. Tiene que ver con que hay un impacto de la caída de la demanda externa, que retrae la inversión. Por otra parte, muchas casas matrices de las multinacionales trabajaron como una aspiradora de fondos sobre sus filiales en países en desarrollo. También es cierto que parte de la fuga no es hacia afuera sino que va al colchón.

–¿Qué piensan hacer para detenerla?

–Tenemos que cerrar bien el programa financiero para el 2010, por un lado. Por el otro, si creamos una clara opción de estímulo a la inversión, con apoyo del Estado, sería un gran paso. También es importante para un empresario a través de un banco de desarrollo, no el volumen del crédito, pero sí la visión cualitativa de que el Estado se está comprometiendo con su emprendimiento. Son pasos que van a ir deteniendo ese proceso de fuga. Con respecto a los giros de las multinacionales, se está trabajado bien desde la Comisión Nacional de Valores. Con respecto a acciones desde el ministerio, con el cierre del programa financiero del 2010, que termina de anclar la consistencia macroeconómica, y con impulso y compromiso del Estado con un programa de inversión fuerte y con un trabajo más fino de inserción regional, se avanzará también en la generación de confianza.

–¿Y con respecto a los que tienen los dólares en el colchón?

–Observamos retracción en la inversión y en el consumo de bienes durables. Si alguien pensaba cambiar un auto, lo duda, espera con su capital en dólares. Hacia el último trimestre del año, aquel que tenía unos pesos o dólares ahorrados va a volver al consumo de bienes durables. Una alternativa que sostuvo la pesificación estos años fue que los activos reales del país se convertían en una reserva de valor que no era moneda extranjera. Eso se quebró. Estoy hablando del minorista, del ahorrista. Y eso creo que tiene que volver, donde el ladrillo es una reserva de valor, la compra de bienes de consumo durable tiene que volver a ser una reserva de valor y eso es confianza.