ISRAEL
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El rechazo del líder laborista Ehud Barak y la falta de acuerdo con la jefa de Kadima, Tzipi Livni, complica los planes de Netanyahu y su partido Likud de armar una coalición que no dependa sólo de aliados de la extrema derecha, que se opone al proceso de paz con los palestinos y podría enfrentarlo con Estados Unidos.
Luego de reunirse hoy con el derechista Netanyahu, Barak, ministro de Defensa saliente, dijo que el laborismo, un tradicional partido de centro históricamente más abierto a las conversaciones de paz con los palestinos, se abocará a una "oposición responsable, seria y constructiva".
Livni, canciller del gobierno saliente, rechazó ayer de momento la oferta de Netanyahu de sumarse a Kadima al gobierno, aunque dejó un resquicio al acordar volver a reunirse con el premier designado para más discusiones.
"No llegamos a un acuerdo", dijo Livni ayer a periodistas tras su encuentro con Netanyahu.
La mujer más poderosa de Israel, según está considerada, dijo que la principal diferencia se centraba en el principio de la necesidad de crear un Estado palestino como condición para la solución del conflicto, que Livni apoya e impulsa.
"Sobre el tema central de llegar a un acuerdo de coalición -que debería haber dos estados para dos pueblos y un acuerdo final con los palestinos- no hay acuerdo", dijo Livni, quien como canciller llevó adelante negociaciones con los palestinos.
La funcionaria reiteró hoy que entre su partido y el Likud hay "profundas diferencias de opinión".
"No entraremos en un gobierno donde seremos sólo un ornamento", dijo Livni, citada por la agencia de noticias DPA.
Bibi, como se conoce a Netanyahu, se refirió al encuentro con un tono más positivo, y dijo haber hallado con Livni "muchos puntos en común que requieren más reuniones".
El partido Kadima de Livni obtuvo 28 de las 120 bancas del Parlamento israelí en las elecciones del 10 de febrero pasado, una menos que el Likud de Netanyahu.
Sin embargo, Netanyahu recibió encargo de formar gobierno porque logró más apoyos parlamentarios que Livni para llegar al poder, pero la mayoría de la extrema derecha laica y religiosa.
Pero Bibi, que ya fue primer ministro entre 1996 y 1999, desea una coalición más amplia que tenga mayores chances de supervivencia en el siempre inestable mundo de la política israelí, según analistas.
Una coalición de extrema derecha tendría una duración limitada y enfrentaría a Israel con el nuevo gobierno estadounidense del presidente Barack Obama, que prometió impulsar vigorosamente el proceso de paz con los palestinos, de acuerdo a la prensa.
"Está aterrorizado con la posibilidad de tener que presentarle un gobierno reducido a Barack Obama. Lo mantiene en vela por la noche", escribió hoy el diario Maariv.
El propio Netanyahu dijo ayer esperar conformar una coalición que coopere con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
"Consciente de los desafíos enormes que enfrenta mi país, no hay duda de que nuestra meta primordial debería ser formar un gobierno de unidad. Espero un gobierno de coalición que coopere con la administración Obama", señaló Netanyahu.
El premier designado tiene hasta el 20 de marzo para formar gobierno, pero si no lo consigue puede pedir una extensión del plazo de dos semanas.
Nota Original: http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-120416-2009-02-23.html
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